Por Jon Gondán Cabrera, Alcalde de Zizur Mayor-Zizur Nagusia (Geroa Bai).
Desde que comenzó la crisis del coronavirus, estamos viviendo como sociedad una situación nunca antes conocida hasta el día de hoy, cuya solución necesita de acuerdos y decisiones firmes que coloquen a las personas en el centro de la toma de decisiones.
Hace unos días, leía una entrevista de la Consejera de Presidencia del gobierno asturiano, Rita Camblor, en la que decía que esta era una situación sobrevenida y que nos había pillado a todos por sorpresa.
Más allá de valoraciones políticas, para encarar una crisis sanitaria de este calado, la más grave de los últimos cien años, debemos hacer un análisis y una previsión de lo que nos está por venir para tomar las medidas más efectivas y oportunas
En este momento de incertidumbre, los Ayuntamientos somos piezas clave que en muchas ocasiones no somos suficientemente escuchados por las administraciones superiores.
Los ayuntamientos desde el más pequeño hasta el más grande, como administración más cercana a la ciudadanía, a su realidad y a sus necesidades, tenemos capacidad decisoria para promover soluciones y respuestas.
Aunque muchas veces faltos de información y de recursos económicos o humanos, afrontamos la situación de la manera más responsable. Si la información siempre es importante, en estos casos tener una comunicación fluida y una coordinación total entre las diferentes Administraciones Públicas se convierte en una tarea imprescindible para evitar desinformaciones, propagación de fake news (bulos) y disfunciones como las que hemos sufrido.
En esta tarea de dar respuesta a nuestros vecinos, nos encontramos con situaciones en las que nuevamente los ayuntamientos debemos recurrir a nuestros propios recursos para salir adelante. Es una buena noticia que desde el Gobierno del Estado relajen la regla de gasto y se permita a las entidades locales utilizar el superávit y el remanente para afrontar este periodo de incertidumbre social y económica, pero no es del todo suficiente. Hay muchos ayuntamientos que no tienen superávit y mucho menos un remanente al que puedan recurrir, y será necesario un doble esfuerzo de los gobiernos autonómicos (en nuestro caso el Foral) y del Central para ayudar y sacar adelante a las entidades locales.
Desde los municipios se gestionan innumerables servicios como las escuelas infantiles, centros de mayores o residencias, escuelas de música, centros deportivos y culturales, servicios sociales, entre otros. Muchos de estos servicios se dejan de ofrecer y por tanto, no se percibe el ingreso de las tasas o cuotas, creando un importante déficit con la merma de ingresos.
En el caso de las escuelas infantiles, desde el departamento de Educación se nos garantiza la financiación, el Ayuntamiento debe aportar el tercio que le corresponde, pero también deberá asumir el tercio de financiación que se deja de abonar por parte de las familias. Esto hace necesario que desde los gobiernos, y nuestro departamento de Educación, se deba hacer un doble esfuerzo para ayudar a las entidades locales con una nueva aportación.
Nos toca pensar, coordinar e incluso, innovar con ayudas para nuestros comercios locales, hostelería y pequeñas y medianas empresas. Todos ellos hacen que tengamos unos pueblos y ciudades vivas, con actividad económica, y ahora, entre todos, tenemos que arrimar el hombro para sacar a flote a un sector que está viviendo un duro momento.
Y ahí estaremos los ayuntamientos, para la ciudadania. Somos su administración, la que seguirá comprometida dando respuesta a las demandas y necesidades que surjan.